Cuando compramos limpiadores y desinfectantes para nuestro hogar, debemos siempre recordar que al ser productos químicos, tienen precauciones e instrucciones para su correcta manipulación y uso.
Entre las recomendaciones básicas que aplican a todos los productos de limpieza, es que deben siempre conservarse en su envase original, ya que vienen diseñados para evitar que el producto se degrade, se riegue o evapore y contienen las medidas de seguridad y primeros auxilios en caso de emergencia.
Otra medida importante, es que antes de utilizar cualquier producto, se revisen las precauciones de uso, como si necesitan ser aplicadas con guantes, mascarilla, en áreas ventiladas, en disolución o bien si tienen fechas de caducidad o interacciones conocidas con otros limpiadores.
Además, hay que recordar que los niños pequeños no deben tener acceso a ninguno de estos químicos, ya que podrían sufrir intoxicaciones, ya sea por inhalación, contacto con la piel o ingestión, ante lo cual, como ya mencionamos, los etiquetados originales traen instrucciones de cómo actuar.
Cloro
El cloro es uno de los productos de cuidado y limpieza más importantes en la civilización actual, ya que con ella se higieniza el agua y se desinfectan múltiples superficies. En el mercado las concentraciones varían del 3% al 18%, siendo más comunes las bajas pues son más seguras y se asegura de usar la dosis adecuada en cada uso.
Su uso se recomienda sobre superficies visiblemente sucias o manchadas, además sirve para desinfectar tablas de cocina, recipientes plásticos y otros. En el baño también se acostumbra usar para limpiar moho o eliminar esporas bacterianas. Nunca debe aplicarse sobre acabados cromados ya que puede llegar a carcomerlos y dañarlos.
El cloro nunca debe mezclarse con ácidos, ya que produce cloro gaseoso, un peligroso gas tóxico que puede causar severas reacciones y hasta la muerte, por ello nunca lo mezcle con vinagre ni con limpiadores que contengan amoniaco.
En general, el cloro debe usarse solo, y en áreas ventiladas, utilizando guantes y mascarilla para evitar irritar las mucosas de la nariz, boca y ojos.
Alcohol isopropílico
Este tipo de alcohol se utiliza a diferencia del alcohol etílico, para tareas de desinfección, por ello se encuentra en los geles desinfectantes de manos, toallitas de limpieza y algunos aerosoles desinfectantes.
En general, es uno de los agentes desinfectantes más usados para asegurar matar cualquier rastro de microorganismos, por lo que es común que se emplee en la limpieza de las manos y de algunas superficies, como los vidrios, en los cuales no deja marcas.
Además, es de gran utilidad para la limpieza de artículos electrónicos, eso sí, estos deben estar fríos y desconectados.
Para su uso adecuado, se recomienda llevar guantes para evitar el contacto con la piel, así como no aspirarlo pues es irritante de las vías respiratorias. Además, debe guardarse siempre protegido del calor, ya que es altamente inflamable.
Desinfectante
El uso correcto de desinfectantes suele no cumplirse, ya que muchas personas no revisan las instrucciones del producto y diluyen de más el producto, reduciendo o anulando la capacidad de limpieza. Usando la dosis adecuada, según las especificaciones de cada fabricante se asegura poder conservar las propiedades antisépticas y desinfectantes del producto.
En general, la mayoría de los desinfectantes irritan la piel, por lo que si entramos en contacto directo debemos enjuagarnos con abundante agua. Para su cuidado, recomendamos guardarlos en lugares frescos y protegidos de la luz directa.
Limpiadores de vidrios
Especialmente cuando se tienen grandes ventanales o puertas de vidrio corredizas, es importante limpiar los vidrios con productos recomendados. En general, muchos limpiadores para vidrios contienen amoníaco, el cual es corrosivo por lo que debe manipularse con sumo cuidado y en áreas ventiladas.
Le recomendamos decantarse por opciones sin este químico, que ofrecen los mismos resultados pero de manera más segura.
Como muchos de los limpiadores contienen alcohol, es importante que no se expongan al calor y se guarden bien cerrados para evitar la evaporación del producto. En caso de contacto con los ojos, deben lavarse con abundante agua por al menos 15 minutos.
Ahora que conoce las recomendaciones para el uso de estos limpiadores básicos, esperamos que pueda aplicarlos y mantener a su familia más segura.